Palabras hay varias... pena, desencanto, desilusión, injusticia, llanto... Pero el sentimiento de llegar al último minuto y tener la oportunidad de cambiar el rumbo no se puede describir ni hay palabras para hacerlo.
Esta noche el fútbol no ha sido justo. No ha dado ni la oportunidad de un gol. En juego uno ha sido totalmente superior al otro. A veces desearías que esto del fútbol fuese como el boxeo. Hoy el Arsenal, por golpes, más de una vez hubiera caido a la lona. Seguramente al Villarreal le faltó ese punch definitivo que hubiera dejado grogui a los de Wenger.Pero ésta no ha sido su noche.
Riquelme temía ser olvidado. Temía que esta gran hazaña del equipo pequeño que triunfó entre los grandes se quedase a las puertas del éxito. Era consciente de que gran parte de la culpa de que hoy el Villarreal haya jugado ese partido, la tenía él. Él eliminó al Inter y sabía que hoy también iba a depender de él seguir con su propi hazaña y la del Villarreal. Pero seguramente nadie se podría imaginar que en sus botas iba a estar la alegría o la pena de todo un pueblo, y por qué no, de todo un país.
Sus temores no se cumplirán, más bien todo lo contrario. Será difícil olvidar ese beso al balón, será difícil olvidar esa parada de Lehman -inolvidable como la de Kahn a Pellegrino-, será difícil de olvidar la figura de Román en pie, parado, inerte, incrédulo.., será difícil de olvidar la caída de Roig en el palco, las lágrimas de Guille Franco y de todo El Madrigal....
Para bien o para mal este día jamás se olvidará. Y quién sabe si esto es sólo el principio de una bonita época de alegrías...
Fuentes:
- Foto:
- AP: Lehman para el penalti lanzado por Riquelme
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