En el fútbol no siempre prevalece la lógica, hay sorpresas, mala suerte... pero por encima de arbitrajes, federaciones, entornos y demás, alguna que otra vez se impone la justicia. Y qué mayor justicia que dejar claro en 90 minutos que el que juega regularmente bien al fútbol es el que acaba ganando.
El partido en sí no tuvo un juego muy brillante ni tampoco un dominio claro del Barça en cuanto a posesión, alrededor del 50%. La clave estuvo en las ganas, la calidad, las cosas claras... y en Iker Casillas. Para el que no hay visto el partido el 0-3 puede parecer exagerado. Pero nada más allá de la realidad para el que haya visto bien el partido. Los primeros 45 minutos sirvieron para ver la enorme diferencia entre la ilusión, el hambre... y el empacho de éxito de unos y de otros. Los segundos 45 minutos sirvieron para disfrutar del mejor jugador del mundo: Ronaldinho.
El juego del líder ya todo el mundo lo conoce: velocidad, verticalidad, calidad, toque, despliegue, presión, sacrificio, humildad... Del juego del Real Madrid hace tiempo que nadie sabe nada, incluso en sus mejores tiempo tampoco tenían un juego definido, pero había motivación, lo que ahora falta.
De nada sirve gastarse casi 100 millones de euros si la base del equipo sigue con la misma mentalidad del año pasado. De nada sirve tener a Sergio Ramos, Pablo García y Robinho como nuevos referentes si los que había antes, Helguera, Beckham, Ronaldo detienen la supuesta evolución que debía producirse. De nada sirve una revolución si son los de siempre sobre los que recae el peso de poder cambiar un partido: Casillas, Raul o Ronaldo.
La potencia sin control no sirve de nada. Así reza un conocido eslogan de una marca de neumáticos perfectamente aplicable al Real Madrid. No se entiende que en un equipo poderoso en ataque (Ronaldo, Raul, Zidane, Robinho, Baptista) no haya un mínimo control en cuanto a ordenar toda esa potencia.
¿Culpable Luxemburgo? En su justa medida. El verdadero culpable es el máximo responsable: Florentino Pérez. No supo mantener el bloque que había, se olvidó de Makelele, de los centrales, se empecinó en balones de oro en las últimas, prescindió de Valdano, Del Bosque, Camacho, García Remón y trajo a Sachi, Luxemburgo, etc etc. Muchos nombres, muchos millones, pero el fondo sigue siendo el mismo. No hay una idea clara de cómo jugar y en el caso de que alguien intente cambiar eso, pongamos por ejemplo caso Camacho, el gran núcleo del vestuario ya se encargará de hacer poquito caso a lo que se diga. ¿Porqué? Por que tienen el respaldo del presidente. Tanto jugador como presidente coinciden en que es más importante viajar a Londres, París... a rodar un breve spot que reportará suculentos beneficios, que ausentarse a dicho acto porque a las 10.00 horas hay entrenamiento en la ciudad deportiva.
El futuro de los blancos está complicado. Si bien estoy seguro que Florentino volverá a invertir dineros en un nuevo entrenador, un nuevo Sachi, unos nuevos jugadores... Y apenas se han jugado 12 partidos. Demasiado pronto para hablar de cambios.
Visto desde fuera:
- MARCA: " Ronaldinho pone el Bernabéu a sus pies"
- AS: "El Barcelona no dio ninguna opción"
- EMD: " 0-3: De otra galaxia"
- El País: "Un Barça glorioso"
- La Ducha: "El mejor concierto de R.E.M."
- Notas de fútbol: "El Bernabeu aplaude al Barcelona"
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