A la deriva, sin rumbo, pegando tumbos de aquí para allá, sin saber muy bien hacia dónde se va. Así va el Mallorca.
Cúper es un entrenador de ideas claras. Lo que dicho de una manera menos optimista vendría a ser que es poco flexible. Triunfó en aquel gran Mallorca con su método, serio y ordenado, y seguirá con él hasta llegar al fracaso.
Sé que es relativamente pronto para adivinar como acabará el Mallorca a final de temporada, pero mucho han de cambiar las cosas para que el equipo de un cambio radical tanto en juego como en actitud.
En la pretemporada no hubo una buena planificación en cuanto a fichajes y entre lo que quería Cúper y lo que no quería se ha quedado con una plantilla más bien cortita, con pocos recursos y con pocos jugadores capaces de desiquilibrar al rival.
Que por otra parte es lo que quiere el míster. El bloque por encima de las individualidades. Pero ni una cosa ni otra. Ni el bloque está compacto ni hay jugadores que puedan salvar al bloque con un gol.
Porque esa es otra. ¿Quién es el delantero centro del equipo? Yordi. Un jugador que en las últimas temporadas ha estado deambulando por la Segunda División. Y que si ha estado por ahí, por algun motivo será.
Y no sólo es el problema del gol. Sería el problema en la portería. No hay seguridad de si debe jugar Moyà o Prats. El problema en la defensa. Ballesteros no aguanta un partido sin que le expulsen. Falta de creación. Desde Ibagaza no ha habido un enganche en este equipo...
En fin, son muchos los problemas, muchas las urgencias y pocas soluciones. De momento ya se intuye la sombra de Camacho cerca de Son Moix. Veremos cómo acaba.
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