Parece que este año sí. Por lo menos no se ha perdido el partido, ni se ha empatado. Se ha conseguido una victoria, con dos goles, en campo visitante y con una actuación estelar de Messi y Márquez. Tan sólo el gol de Motta en propia puerta ha ensuciado lo que podía haber sido el pase definitivo a cuartos.
Pero antes de nada, pongámonos en precedentes. Allá por el mes de diciembre, se realizó el sorteo de los octavos de final y el caprichoso bombo deparó un Barça-Chelsea. Toda una final anticipada, toda una revancha entre los dos equipos que, por aquel momento, eran superiores al resto en Europa. Y como precedente más inmediato, durante toda la semana se ha estado hablando de algo en especial: del césped de Stamford Bridge. Mourinho, ironicamente, decía que aunque se viese feo, no se jugaba tan mal. Él ya se ha encargado de regar bien el campo y de enfangar un poquito el campo. Para el bien del fútbol, claro.
Anteriormente, ya se hizo un avance de lo que podía ser el partido. En cuanto a formaciones, el Chelsea varió (siempre hablando desde mis suposiciones que hice) el lateral derecho colocando a Paulo Ferreira, el centro del campo con Gudjhonsen en vez del lesionado a última hora Maniche y en la punta de ataque con Crespo en lugar de Drogba. El Barcelona el único cambia estaba en el centro del campo. Si jugaría Motta o Iniesta. Rijkaard ha estimado potenciar el centro del campo con Thiago.
Y vayamos al partido. Se sabía que una de las claves que el Barça debía de controlar era el ritmo del partido, el centro del campo, el trato del balón, sin conceder ninguna oportunidad al Chelsea para que aprovechase su mortífero contraataque. El Barça, eso, lo ha conseguido. Ha movido la pelota, ha sido conservador. Incluso diría que en ocasiones, demasiado conservador. Sobretodo después de la acción clave que ha marcado el partido: la expulsión de Del Horno. Era el minuto 38, el Barça dominaba y el Chelsea estaba descolocado, no asfixiaba en la zona media, ni había disparado a la portería de Víctor. Era demasiada concesión seguir jugando horizontalmente en defensa cuando Messi desbordaba a todo aquel que se le pusiese por delante. Pero así se llegaba al descanso, con la sensación de que el Barça podría meter, al menos, dos goles en la segunda mitad.
Mourinho sabía que así no acabaría bien y en el descanso cambió la punta de ataque y dejó a Robben y Drogba como referencias en ataque y colocó tres hombres en el centro del campo. El Chelsea cambió la mentalidad. Se mostraba mucho más agresivo y poco a poco iba ganando terreno. Llegó su primer disparo a puerta, de Paulo Ferreira, algún corner y las temidas faltas laterales. Con dos tuvieron suficientes para ponerse por delante. Lampard la bota cerrada, Motta luchando con Terry y Valdés por medio. Total, que la pelota le pega en el muslo a Motta y se va directamente al fondo de la portería. Incomprensible, injusto... pero cierto. El Chelsea, que sólo había tenido una ocasión clara de Robben, estaba por delante en el marcador y con un jugador menos. Rijkaard, valientemente, reaccionó. Metió a Larsson y sacó a Motta. De esta manera Ronaldinho se metió en el centro, Eto'o en la izquierda y Larsson arriba. A partir de ese momento el Chelsea se colgó del larguero, literalmente, y el Barça mostró a Mourinho y a toda Europa cómo se ha de jugar al fútbol. Un auténtico acoso atacante sobre la portería de Cech y un auténtico recital de Leo Messi. Esta noche se ha consagrado. Un rival de altura, un ambiente en contra, un estadio complicado... y una exhibición que marcará la prometedora carrera de este menudo, humilde, sencillo argentino. <inciso>Los de SPORT ya tienen protagonista para Sant Jordi y su libro anual.</inciso> Como ha escrito Elías Israel, hasta el Big Ben se paró con el disparo que pegó en la cruceta. Era el minuto 71, Larsson (gran profesional el sueco) recibe de espaldas y Carvalho le hace falta en la esquina izquierda del área. Allá va Ronaldinho. Es la posición ideal para realizar un centro-chut que cualquier desvío puede acabar en la portería. Y así ocurre. El brasileño saca la falta y Terry, él no quería, le mete un gol a su portero. El partido está igualado. Pero sólo en el marcador. En el terreno de juego sólo había un equipo y 10 hombres defendiéndose como buenamenente podían. Despejes sin destino claro, balones sacados de la línea de gol, dos penaltis claros no pitados... Aquello no podía quedar así. El tiempo se iba acabando, hasta que...
Ronaldinho la roba en propio campo, sale el equipo de Frank Rijkaard a la contra, buen movimiento de Eto'o arrastrando a su marcador, Ronnie que da un pase al hueco para Larsson, Larsson que ve llegar a Marquez, el mexicano la pone de primeras al segundo palo, aparece Eto'o y GOOOOOOOOL, GOOOOOOOOL, GOOOOOOOOOOOOOL del Barça. El Barça se pone por delante en el marcador con un gol del rey de África.
80 minutos ha tenido que esperar el Barça para conseguir la victoria. Merecida victoria.
Y el partido acabó. Acabó con la satisfacción de haber hecho un buen trabajo, con el trabajo más complicado bien acabado, con la satisfacción de escuchar "Olés" en Stamford Bridge y con la sensación de que jugando así pocas veces se perderá un partido y por qué no, una final. Por contra, siendo avariciosos, el resultado no ha sido del todo justo. Es demasiado corto para lo que realmente ha jugado el Barça. Sin nigún problema, el Barça se podía haber ido con dos o tres goles más de Londres. Pero bueno... aún así hay que estar feliz de la imagen que se ha dado y a esperar a la fiesta del Camp Nou dentro de dos semanas.
Resultados de la ida de los octavos de final, 22 de febrero:
Rangers 2 - Villarreal 2
Ajax 2 - Inter de Milán 2
Werder Bremen 3 - Juventus 2
Chelsea 1 - FC Barcelona 2
Visto desde fuera:
- MARCA: "El Barça consuma su venganza y acaricia los cuartos"
- AS: "Eto'o regresó de África"
- SPORT: "Stamford Bridge, por fin, vio fútbol"
- EMD: "Braveheart"
- El País: "Messi se consagra en Stamford Bridge"
- Martí Perarnau: "Messi forja su leyenda y provoca el 'Mourinhicidio'"
- ESPN: "Una victoria que vale doble"
- Diario Olé: "Un lío bárbaro"
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