Ha pasado la tormenta y el barco se quedó en la orilla. De poco sirvió la épica, la gloria, la lucha y "el espíritu de Juanito". Si acaso para reforzar el buen hacer de López Caro y el compromiso que ultimamente ofrecen los jugadores en el campo.
Desde el club vieron una salida perfecta para tapar el 6-1. Casillas fue quien abrió la veda, apelando al espíritu de Juanito y a las grandes remontadas europeas en el Bernabéu, y Ferreras (jefe de comunicación del club) se encargó de difundir por los medios (AS, como no, encabezando el "sueño") que la remontada era posible y que, lejos de aceptar el fracaso y encajar que se había escapado la posibilidad de conseguir la Copa, único título al alcance, en el Bernabéu se iba a vivir una noche como las de antes.
Es innegable que la noche fue muy especial, que desde hacía mucho tiempo no se vivía un partido como ese y que si Juanito levantara la cabeza estaría muy orgulloso de lo que se vio en el Bernabéu... pero después de todo, de "invocar" a un muerto, de transgiversar una realidad, de hinchar un globo que acabó deshinchándose, ¿qué?
El Zaragoza, si bien se temió lo peor, cuando con 15 minutos de partido perdía por 3-0, y a falta de media hora lo hacía por 4-0, estará en la final. Pero bueno... el espirítu que no se pierda, igual se consigue la Champions.
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